Los animales salvajes deben estar en su habitat natural, pero cuando las circunstancias ocasionadas por los seres humanos los exponen a situaciones que de otra manera no sobrevivirian, entonces es mejor adoptarlos que dejarlos morir.
Esta es la historia:
Esta es la historia:
El fotógrafo David Hulme recorría África del Sur cuando encontró a una cría junto a su madre asesinada por cazadores furtivos. David llevó al cachorro a la casa de su amiga Anne Whitthall, en Zimbabwe, que lo adoptó y le puso Jimmy.
El rinoceronte negro rápidamente se hizo amigo de la familia y los niños. Entró a la casa como si fuera un perro. Cinco años más tarde, pesa dos toneladas y es libre de hacer lo que quiera. Según DailyMail, uno de sus caprichos preferidos es asomarse por la ventana de la cocina par a que Anne lo alimente.
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